Esta es la gran mentira de la familia Vila en los albores del siglo XX. O de cualquier familia que haya coqueteado con el poder, que haya sido dueña de una región entera, que haya traicionado al país por sus hijos sin aceptar que también engañaba a los hijos de sus hijos.
Los Vila habrían existido, ¿por qué no? Ellos representan lo corruptibles que somos. Demuestran que la historia puede adivinarse: “Una historia está escrita, la que ustedes escribieron; la otra, la nuestra, la real, está por escribirse”. Y la escribirá una polifonía de voces, como la de Helena Vila, quien se encerró después de su boda, que fue llamada loca, perturbada, y que así ganó su libertad. Está la voz de Dionisio Vila cuando regresó de Estados Unidos a encargarse del Ingenio azucarero de su familia y empezó a desvelar, poco a poco, las mentiras con las que creció. En especial una de las más bellas mentiras, que era la del amor.
Los Vila habrían existido, ¿por qué no? Ellos representan lo corruptibles que somos. Demuestran que la historia puede adivinarse: “Una historia está escrita, la que ustedes escribieron; la otra, la nuestra, la real, está por escribirse”. Y la escribirá una polifonía de voces, como la de Helena Vila, quien se encerró después de su boda, que fue llamada loca, perturbada, y que así ganó su libertad. Está la voz de Dionisio Vila cuando regresó de Estados Unidos a encargarse del Ingenio azucarero de su familia y empezó a desvelar, poco a poco, las mentiras con las que creció. En especial una de las más bellas mentiras, que era la del amor.